La actual ley de educación estatal nació con el propósito de adaptar los contenidos de la escuela a la realidad social y laboral. Sobre el papel no es mala idea, pero todos los profes sabemos de la dificultad que existe para evaluar cada una de las competencias específicas a través de los descriptores operativos; no solemos tener ni tiempo ni herramientas y en el peor de los casos, formación. Otro debate sería discutir sobre si este método va en detrimento de la formación académica tradicional, muy necesaria para el desarrollo de algunas disciplinas y si el uso de competencias descuida la profundidad y el rigor, dando a los estudiantes un conocimiento superficial y poco sólido.
Hay soluciones como Additio, que utilizamos en mi cole y que bien definida y gestionada puede ser de gran utilidad, pero de nuevo, el elevado número de alumnos por aula y en algunos casos, las pocas horas de clase de las que disponen algunas materias, hace imposible su implementación. En muchas ocasiones este tipo de evaluación depende del criterio subjetivo del profesor, impidiendo una correcta estandarización del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Como hasta que no haya un cambio de normativa tenemos que adaptarnos a lo que hay, he diseñado varias hojas de cálculo con Hojas de Google para hacer el proceso de evaluación lo más “justo” posible, a sabiendas de la dificultad de su aplicación en el aula. Creo que serán muy útiles a nivel de claustro, para jefes de estudio y directores de centros educativos.
EVALUACIÓN FINAL MEDIANTE COMPETENCIAS.
Cuando llega la evaluación final, en muchos centros educativos evalúan las competencias con brocha gorda, asignando porcentajes a criterio del claustro para cada una de las materias, desdeñando la aportación que puedan tener otras en el cálculo. Por ejemplo, si hablamos de la competencia en comunicación lingüística (CCL), tienen en cuenta solamente las notas en Lengua, Sociales y si acaso, los idiomas, cuando sabemos que todas contribuyen en mayor o menor medida a su desarrollo.
Mis hojas de cálculo van un paso más allá, ya que toman como referencia el nº de descriptores operativos que utiliza cada asignatura para desarrollar cada competencia específica. No es un método perfecto, ya que parte de las calificaciones numéricas finales que los profesores asignan a los alumnos en la evaluación final, desdeñando cómo se ha llegado a ella, pero creo que este cálculo es más cercano a la realidad; el menos malo que he encontrado.
SELECCIONAMOS LOS DESCRIPTORES OPERATIVOS.
Los descriptores operativos y las competencias específicas a las que he hecho mención anteriormente, son exactamente los que aparecen en la ley, pero si decides modificar algunos de ellos no hay problema. En cualquier caso, revísalos por si tu comunidad autónoma solicita otros.
En primer lugar, les pedí a mis compañeros que rellenaran el anexo II, en el que se fijan, para cada materia, las competencias específicas para la etapa, así como los criterios de evaluación y los contenidos, enunciados en forma de saberes básicos.
Tal y como puedes ver abajo, al marcar la casilla se realiza una suma de todos los descriptores operativos seleccionados para cada una de las competencias específicas de cada una de las competencias clave. Esta hoja es una de las que puedes descargar. Abajo te comento como.

Luego, volqué esos datos en mis tablas, para obtener el peso relativo de cada competencia en cada una de las asignaturas y en el total del curriculum del nivel educativo. Con ello se puede obtener el perfil competencial del alumno para cada nivel:
- Competencias clave.
- Descriptores operativos y su contribución en cada una de las asignaturas.
- Perfil competencial.

Importante: precisamente en el cálculo de los idiomas, dada la carga horaria que tiene el Inglés frente al Francés, he retocado el nº de descriptores de ambas en la competencia plurilingüe (en la tabla en color rojo), que según normativa son 11. He asignado +5 a Inglés y -5 a Francés, quedando en 16 para la primera y en 6 para la segunda. En cualquier caso, esa es una decisión que deberían tomar en tu centro los departamentos implicados.
INTRODUCIMOS LA CALIFICACIÓN NUMÉRICA FINAL.
Al introducir esa calificación en la tabla para cada una de las asignaturas, la hoja de cálculo tiene en cuenta solo las materias que cursa el alumno, aspecto importante dada la optatividad que hay en ESO. Así, si un alumno cursa solo Inglés y no ha escogido Francés como segunda lengua, será solo la primera asignatura la que contribuya al cálculo de las competencias.
En la parte derecha de las hojas de cálculo, se realiza un
En base a ello la hoja realiza el cálculo de la competencia, coloreando en rosa las calificaciones que no superen el 5.
4. Listado de alumnos.
5. Asignaturas.
6. Balance del nº de descriptores usados para cada una de las competencias específicas, en función de las asignaturas de opción y optativas que tenga el alumno.
7. Calificación final competencial.

MI OPINIÓN SOBRE LA EVALUACIÓN POR COMPETENCIAS.
En resumen, creo que la evaluación por competencias estaría muy bien si pudiera aplicarse de forma real en la clase. De no hacerlo así, el método es perverso ya que puede hacernos creer que un alumno es competente en áreas que ha suspendido, al beneficiarse de un cómputo que tiene en cuenta la contribución en la evaluación en materias que pueden ser más o menos “laxas” en función del profesor que las evalúa.
DESCARGA LAS HOJAS DE CÁLCULO.
Por favor, lee detenidamente las dos formas de descargas para seleccionar la que te interesa. POR FAVOR, NO SOLICITES ACCESO DE EDICIÓN:
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